Un clásico: El Filigree and Shadow (1986) de THIS MORTAL COIL.

THIS MORTAL COIL fue un proyecto abierto de los artistas que hicieron grande en los ochenta al sello 4AD. Todos tenían algo que aportar (y era mucho) en la configuración de un concepto mucho más influyente de lo que se piensa en muchas de las cosas que han venido después. Los discos de THIS MORTAL COIL son la banda sonora de la belleza, ideados para dejarse mecer por canciones como “Ivy and Neet”, flotar con “Meniscus” o mirar como llueve desde la ventana mientras suena “Tears”, “Morning Glory”, “I want to live” o “I must have been blind”. Composiciones en su mayoría instrumentales que huyen de las etiquetas convencionales, aunque también hay piezas más cercanas a estructuras tradicionales, en ocasiones aderezadas con una electrónica primaria, pero siempre fuera de este mundo como es el caso de “My Father”, “Come here my love”, “strength of strings”, “firebrothers” o “alone”. Una auténtica experiencia.