El proyecto en solitario del guitarrista de LOS PUNSETES resulta más estimulante que el del propio grupo. El tío se mete en su habitación con una guitarra acústica, un teclado de mercadillo y un micrófono de karaoke para hacer unas risas, y termina haciendo canciones bien construidas, que enganchan con su melodía inapelable y con unas letras que se mofan del desasosiego emocional al que parecemos condenarnos. Aunque el sonido tira un poco para atrás, si le dais varias oportunidades os engancharéis como yo a canciones como “ no tienes novia”, “el IV Reich” o “la grulla”.
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