“La Gallina” cumple el tópico de que los terceros discos suelen ser los de agotamiento de la fórmula y transición. El grupo de los hermanos Arizaleta no deja de ser uno de los más interesantes de este país, pero este álbum no me termina de satisfacer. Hay canciones que directamente no me gustan (“Moscas” o “Yo soy tu hombre”) y otras que me aburren porque me suenan a más de lo mismo (“México”). Tienden a repetir el esquema compositivo: Como puede verse en “Cenizas” o “El destacamento”, inician a medio gas con reiteración de acordes de guitarra como protagonistas para a mitad de canción meter un cambio de ritmo y hacerla crecer por acumulación de instrumentos y elevación de la intensidad. Pasa lo mismo en “Un arpón de grillos”, pero en este caso lo hacen con más gracia (sobre todo gracias a esos arreglos electrónicos que podrían ser el futuro del grupo). Por eso las canciones que más me gustan de este disco son las que se salen de este corsé como “La marca de nuestra frente es la de Caín”, una canción con gancho de “space rock” a lo SPIRITUALIZED, o las ambientales “Aleluya” y “Dolores Tres Pinos”, aunque mi favorita es “No tienes que decirme nada”.
1 comentarios:
A las 1:50 a. m. , Anónimo ha dicho...
por fin una critica constructiva
ya empezaba ha estar harto de que que todo el mundo me diga que el disco es una bazofia
algun tema bueno habra digo yo
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