Si tuviera que definir en una palabra a JEREMY JAY sería “seducción”, por su atractiva imagen de aristócrata rebelde (¿un nuevo duque?) y sobre todo por ese pop sin estridencias tan elegante que nos regala. La base de su segundo disco es la misma que la del primero (link), pop retro encantador tan puro que se puede tocar, a lo que añade en esta ocasión acertados arreglos de sintetizador vintage, a veces con intenciones ambientales, otras melódicas, que le da un toque muy new wave romántica. ¿Para bailar? Sí, pero en la intimidad del dormitorio. La melancolía hedonista de JEREMY JAY sirve para que te muevas sólo o en compañía, eso sí, despacito.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio