EL PORQUÉ DE MIS PEINADOS

La música popular "independiente" vista por un aficionado. Hoy el problema es el exceso de información. Podemos conseguir de modo gratuito (e ilegal) cualquier tipo de música, además de los medios de comunicación generalistas hay medios especializados incluso en concretos estilos músicales, cada vez se edita más música... En fin, que la cuestión está en seleccionar y ahí es donde entro yo. Imaginad el tiempo y dinero que os vais a ahorrar.

16.3.11

Un clásico: The Downward Spiral (1994) de NINE INCH NAILS

La etiqueta más recurrente que intenta definir a NINE INCH NAILS es la de ¨rock industrial¨, y es entonces cuando se produce la terrible paradoja de que la etiqueta, lejos explicarnos el contenido, nos confunde. Para hacerlo todo más incomprensible podría decirse que NINE INCH NAILS ¨tecnifica¨ la rabia del punk y la oscuridad de la música gótica, pero aun así la definición no sería capaz de abarcar su música. Esa complejidad estilística, estética y conceptual les ha llevado ha ser un grupo de culto (masivo) que gusta a los herejes de muy diversas tribus urbanas, incluso a la gente que no tiene tribu. Sólo hay que ir a ver un concierto de ellos para comprender lo que estoy diciendo.

El genio de Trent Reznor se muestra en The Downward Spiral desatado hasta el punto de convertirse en un disco agotador. En él tiene cabida desde el ruidismo más desasosegante a la más frágil melodía, a veces en la misma canción y al mismo tiempo. Las composiciones están llenas de quiebros, paradas, aceleraciones y giros inesperados (“march of the pigs” y la enorme “eraser” como ejemplos más claros) para transmitirnos los más variados sentimientos y estados: la virulencia de quien lucha contra todo y contra todos (especialmente contra uno mismo), la más patética vulnerabilidad, la mugre de los bajos instintos y hasta una cierta idea de misticismo. Tal vez el mensaje que intenta transmitir el disco es la necesidad autodestrucción para lograr purificarse, esa idea tan católica de la mortificación para alcanzar la santidad. Podéis pensar que se me ha ido la pinza, pero si consideráis que el muy creyente JOHNNY CASH hizo una versión de “hurt” tal vez veáis que los tiros no andan muy desviados.

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