LOS PLANETAS – La leyenda del espacio.

Sin LOS PLANETAS no podría entenderse el Indie patrio de los últimos quince años. Con personalidad, un amasado novedoso de influencias, una cuidada estética y un puñado de canciones memorables, los granadinos han conseguido un público entregado y han marcado el camino a seguir a otros muchos grupos. A mí me gustan, pero no tanto como para no ver que no han vuelto a hacer un disco contundente desde “Una Semana en el Motor de un Autobús”, si bien es cierto que han facturado alguna buena canción desde entonces.

“La leyenda del espacio” es vendido como el disco andaluz o flamenco del grupo. Me recuerda a las estrategias comerciales de los grupos añejos para intentar llamar la atención a su cansado público haciendo pasar por novedoso en su carrera lo que bien saben ellos que no lo es. Este disco me aburre, me aburre soberanamente, primero porque me suena a lo de siempre, tanto en su música como en sus letras, y segundo porque no es bueno. Algunos dirán que es un disco más oscuro, yo diré que es un disco más gris, que no es lo mismo.

En el más irregular de los discos de Los Planetas hay canciones que parecen una tomadura de pelo (“deseando una cosa”, “entre las flores del campo” y “la que vive en la carrera”), otras en otros tiempos serían “caras b” (“El canto del Bute”, “la Verdulera” “Sol y sombra”) y de la mediocridad restante sólo salvaría “Si estaba loco por ti”, “Reunión en la Cumbre” y “Alegrías del Incendio”. Una pena desperdiciar la colaboración de Morente en “Tendrá que haber un camino” porque esta canción peca de lo que pecan otras como “El canto del Bute”, “Ya no me asomo a la Reja”, “Negras las intenciones”: base rítmica repetitiva, un acorde de guitarra simplón y ruiditos de todo tipo durante 6 o 7 minutos, es decir, ante la falta de ideas se salen por la tangente.

Lo siento por sus incondicionales, pero si después de tres años sin hacer nada esto es lo mejor que pueden hacer Los Planetas es que están ocupando un trono que ya no les corresponde.