Triángulo de Amor Bizarro

Desde que aceptamos al country y al folk como animales de compañía, el “Indie” no ha vuelto a ser lo mismo. Sé que el contenido de la etiqueta “Indie” es controvertido, pero yo tengo claro que su núcleo debe ser el pop-rock, sin perjuicio de que se mezcle con otros estilos o se aborde desde distintas perspectivas. No tengo nada en contra del country o el folk, sólo digo que su excesivo protagonismo en detrimento del pop-rock inquieto y creativo tiene como consecuencia que las discográficas, los festivales y los medios den salida a unos grupos que deberían moverse por otros ambientes. Un ejemplo: En 1996 el mejor disco del año para Rockdelux fue “Roots” de Sepultura y en el 2006 fue el “Ys” de JOANNA NEWSOM. Como decían los BLACK REBEL MOTORCYCLE CLUB, “Whatever Happened To My Rock 'N' Roll”. Lo bueno de todo esto es que a lo mejor nos estamos ganando un nuevo efecto “Nirvana” que ponga las cosas en su sitio.

Por otro lado, el “Indie” nacional está teniendo verdaderos problemas para conseguir un relevo generacional creible (lo mismo le pasa al “Indie” británico). Los grupos nuevos o están demasiado apegados a las modas (y morirán con ellas) o no tienen la ambición y las aptitudes para hacerse un hueco en la historia.

Por esos dos motivos debemos congratularnos de que hayan aparecido los “Triángulo de Amor Bizarro”. No es nuevo presentar pegadizas melodías envueltas en capas de ruido, pero a mi me resulta muy estimulante volver a escuchar remozado el Rock dinámico y embalado de “el himno de la bala” o el sucio garaje de “El Crimen: Cómo ocurre y como remediarlo”, “¿Quiénes son los curanderos?”, “Isa Vs Partido Humanista” o el exceso de “Ardió la Virgen de las Cabezas” que en otros tiempos practicaran Jesus & Mary Chain, El Hombre Burbuja, Lagartija Nick o los primeros Planetas. También saben hacer canciones sin un ritmo endiablado (“El fantasma de la Transición”, “Para los seres atados (a las condiciones terrenas), “Estrella Azul de España”) por las que se cuelan My Bloody Valantine o Surfin Bichos. Será unos de los discos del año.