Grupo formado en 1981 por el guitarra Robin Guthrie, el bajo Will Heggie (en 1983 sustituido por Simon Raymonde) y por Elizabeth Fraser al micro (la batería era una caja de ritmos), Cocteau Twins fue mutando su inicial post-punk oscuro en un pop luminoso muy personal. Nadie sonaba como ellos y nadie suena ahora como ellos después de que se disolvieran en 1998 porque nadie puede imitar la vaporosa guitarra de Robin Guthrie o a Elizabeth Fraser. La voz de ésta tenía un peso específico en las composiciones, hasta el punto de que se puede decir que era un instrumento más. Sus cabriolas vocales le permitían tener infinitos matices: desde susurrante y etérea a poderosa y solemne todos los registros intermedios eran posibles.
“Treasure” es un disco de transición y eso se traduce variedad. Aun mantienen algún retazo de oscuridad, una oscuridad más atmosférica y misteriosa que siniestra (“Beatrix” o “Persephone”), pero ya empiezan a apuntar hacia el pop eufórico en las estupendas “Lorelei” o “Aloysius”. En ocasiones incluso mezclan ambas vertientes como en “Donimo” donde te da la sensación que paseas perdido en un bosque neblinoso y de repente te encuentras con un hada llena de luz que será tu salvación, tal y como Cocteau Twins es nuestra salvación de tanta mediocridad.
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