ANTONIO VEGA: "No me iré mañana"

Antonio Vega podría estar viviendo de los “royalties” de “la chica de ayer” hasta el final de los tiempos. No pasa un año sin que sea versionada, incluida en un recopilatorio o radiada, y sin embargo tiene al menos 10 canciones mejores. Su tiempo ya pasó, pero nadie le quitará su lugar en la historia de la música popular española por mucho que la industria lo considere un valor amortizado y los “indies” llenos de prejuicios como yo lo ignoren por creerlo parte de la música comercial (gracias Ana por abrirme los ojos).

Este chico triste forma parte de la tradición de solistas del rock tipo Lou Reed. Aunque su carrera en solitario se haya desarrollado a partir de los noventa, su sonido es muy ochenta, de hecho a mí me recuerda mucho a “Durutti Column”. Puede ser eléctrico y brioso o acústico e intimista, pero sus composiciones son siempre complejas, preciosistas y llenas de matices. Muy pocos han sabido exprimir los recursos de la guitarra como él. Como letrista, utiliza el español como muy pocos lo han hecho para transmitir sentimientos e imágenes con lirismo sin caer en la pedantería de Sabina o Nacho Vegas.

Tras el fin de Nacha Pop, tardó cuatro años en publicar “No me iré mañana”, su primer disco en solitario publicado en un sello independiente. La espera mereció la pena porque en este disco hay 5 de esas canciones mejores que “la chica de ayer”: “Háblame a los ojos”, “Esperando nada”, “Tesoros”, “La última montaña” y “Se dejaba llevar por ti” son simplemente perfectas. Las demás son simplemente muy buenas, aunque eclipsadas por las anteriormente citadas. En definitiva un disco excelente, aunque si tuviera que recomendar alguno para alguien que no conozca a Antonio le diría que empezara por su “Básico” de 2002.