El silencio de Dios

Este blog es de música y seguirá siendo, pero me vais a permitir un pequeño homenaje a Ingmar Bergman. Qué la tierra le sea leve.

EDITORS – “An end has a start”

Tengo escrito en este blog a propósito de su primer disco que los de Birmingham eran un producto del sonido INTERPOL, sin que ello tuviera que suponer un obstáculo para disfrutarlos. Al igual que los de Nueva York en “Our Love to Admire”, EDITORS no han hecho evolucionar su fórmula: Vuelven con sus torrentes de guitarra, los bajos trotones y la batería nerviosa a hacer un rock épico y dramático con regusto a los ochenta, pero el alumno termina por superar al maestro porque al menos muestran más fe a la hora de reafirmar su sonido y sobre todo hacen mejores canciones. Por poner un ejemplo, no hay ni una canción en “Our Love to Admire” a la altura de “Smokers Outside the Hospital Doors”.

Mención especial merece el cantante Tom Smith que se muestra tan seguro con su voz que la lleva al límite de sus posibilidades (véase “An end has a start”). Además, frente al estático Paul Banks de INTERPOL, por lo visto Tom Smith está cada vez más suelto en el escenario, trasmitiendo esa imagen de hombre atormentado que tan bien le sienta al grupo.

100 entradas

Hace más de un año y medio puse mi primera entrada y con esta van 100. Durante este tiempo he sido feliz (o todo lo que puedo) y en ocasiones no tanto, me he sentido perdido y otras veces seguro de mi destino, pero siempre ha habido dos cosas que han permanecido inmutables impulsando cada uno de mis pasos: Mis amigos y la música. por eso cree este blog, para vosotros y por ella. Algunos me lleváis acompañando desde hace años y a otros ni os conozco. A todos os invito a leer mis próximas 100 entradas.

THE EDITORS - Smokers Outside The Hospital Doors

Y próximamente en su blog...

The Chameleons - Pleasure and pain

Y cuánto se les habrá nombrado en vano a cuenta de Interpol...

INTERPOL - Our love to admire

Cuando debutaron con “Turn On the Bright Lights” (2002, Matador) lo tenían todo de cara: Eran de Nueva York y hacían rock ochentero en su vertiente oscura justo cuando se estaba poniendo de moda. Yo los adoraba (al igual que su legión de grupos imitadores), pero arrugué un poco el morro con “Antics”. Lo habían hecho durante su larga gira, decían, y no hacía falta que lo juraran.

Su tercer disco, “Our love to admire” exprime la fórmula y muestra las limitaciones del grupo para hacer buenas canciones aunque suenen a más de lo mismo. En general es un disco aburrido, plomizo, sin brillo, que remite a los trabajos anteriores del grupo (descarado en el caso de “No I in Threesome”, “Peace is the trick”, “Rest my Chemistry”, “Heinrich Maneuver”) pero sin gracia. Realmente me cuesta destacar una sola canción, tal vez “Wrecking Ball” o "Ligthouse" por el hecho de que se desmarcan de la tónica general del álbum.

En definitiva estos chicos no puden permitirse más fallos y su siguiente disco servirá para ver si tenemos INTERPOL para rato o si se diluyen en la historia de la música como un grupo de corto recorrido.

UN CLÁSICO: El "O Espírito da Paz" de MADREDEUS

El “O Espírito da Paz” de MADREDEUS editado en 1994 es reconocido como el álbum fundamental de la formación. En él alcanzaron la fórmula definitiva de su sonido, forjaron su estética (vestidos de negro, la majestuosidad en claroscuro de sus directos...), dieron el salto internacional y sobre todo porque en este disco las composiciones de Pedro Ayres se vistieron con los mejores acompañamientos tejidos por Gabriel Gomes (acordeón), Francisco Ribeiro (violonchelo) y muy especialmente por Rodrigo Leao (sintetizadores). Las posteriores salidas de los tres se notó porque las guitarras asumieron definitivamente el protagonismo (se incorpora la tercera, José Peixoto) y Carlos Maria Trindade no tenía el peso en el grupo que tenía Rodrigo Leao para que los teclados sonaran como tenían que sonar.

Cuántas veces habré escuchado a MADREDEUS en la soledad de mi habitación, flotando con “Destino”, viendo como la oscuridad se agita con “Os Senhores da Guerra” y se enrarece con “Pregao”. La voz de Teresa Salgueiro en “O Mar” eleva mi percepción para que pueda sentir cada crujido de las cuerdas en “Os Moinhos”. Cuando creo que no puedo soportar la belleza de “As cores do sol”, viene “Ao longe o mar”. Perdonad si me he puesto algo ñoño, pero es que a MADREDEUS no vale con escucharlos, hay que sentirlos.

Ao longe o mar

Arcade Fire & U2 - Love Will Tear Us Apart

http://www.youtube.com/watch?v=eGQWnbfFB6o

THE NATIONAL – The Boxer.

Y de uno de los que serán disco del año a otro. Conocía a los de Ohio desde “Alligator”, su primer disco profesional editado por el sello mítico Beggars Banquet. Es un buen disco que merece una escucha, aunque al lado de este “The Boxer” se queda definitivamente pequeño. Sin abandonar la tensión eléctrica que les emparentaba con Interpol, se centran ahora en desarrollar desde el punto de vista americano el pop británico de Tindersticks o Cousteau. Abordan con un sonido acústico crudo y directo composiciones con preciosos arreglos de cuerda, viento y piano, apoyadas sobre unas inspiradas bases de batería que toman el protagonismo e interpretadas con esa voz que hace juego con el tono gris del disco. Nada más escuchar ‘Fake Empire’, una de mis favoritas, entendemos que estamos ante algo grande.

Dentro de un tono homogéneo que da coherencia a la totalidad de la obra, nos encontramos con rock contundente pero a la vez complejo, elegante y lleno de matices ( ‘Mistaken For Strangers’, ‘Brainy’, ‘Apartment Story’...). En ocasiones nos viene a la mente Arcade Fire, pero también U2 (esa textura de guitarra de “Guest Room”). Las guitarras, que en las canciones más rotundas están en segundo plano, reclaman su lugar en las canciones más cercanas al folk (“Green Gloves”, ‘Racing Like A Pro’) o al pop (“Slow Show”, “Ada”). Entre ellas está la otra joya para mi, “Star a War”, tal vez por su desarrollo tan “Galaxie 500 – Luna”.

LOVE OF LESBIAN - “Cuentos chinos para niños del Japón”

LOVE OF LESBIAN tienen que arrastrar, además de su desafortunado nombre, un pasado. Eso es un problema cuando hoy lo que demanda el mercado son grupos noveles que den el campanazo con el primer disco y desaparezcan con el tercero, pero todavía es más problema cuando ese pasado no es muy brillante. Sus tres primeros discos fueron en inglés, editados por discográficas flojas y tenían poca personalidad, si bien no sonrojaba el escucharlos tampoco eran imprescindibles. Pero hete aquí que se pasaron al castellano y todo empezó a encajar. “Maniobras de Escapismo” estuvo con merecimiento entre lo mejor del 2005 y con este “Cuentos chinos para niños del Japón” mejoran la fórmula hasta convertirse en uno de los mejores grupos de este país, aunque haciendo tan poco ruido que muchos no se han enterado.

El letrista (y cantante) Santi Balmes no alcanza las cotas de genialidad de Astrud, Los Planetas, Sr. Chinarro o el Niño Gusano, por poner ejemplos, pero demuestra a grupos como La Habitación Roja o Deluxe que se pueden hacer letras adultas en castellano sinceras y creíbles. La temática principal es el amor-desamor en todas sus tonalidades, desde la devastación (“Los colores de una sombra”, “La parábola del tonto”) a la euforia (“Niña Imantada”, “Historia de una Hache que quería dejar de ser muda”) y otros desajustes emocionales que se entremezcla con otras canciones más relajadas y hasta graciosas (“Villancico para mi cuñado Fernando” o “Shiwa”), supongo que para permitir que el oyente pueda respirar un poco.

Musicalmente nos encontramos con excelentes canciones pop fuera de modas, a veces dinámicas y juguetonas (“Niña Imantada”, “Como Me Amo” o “Dios por Dios es cuatro) a veces más intensas y épicas (la impresionante “Universos Infinitos”).

Será uno de los discos del año en este país.